Lo que debes saber sobre los patógenos: ameba y cándida
Según los datos de la Organización Panamericana de la Salud, un 50% de la población de las Américas está en riesgo de contraer enfermedades transmitidas por virus, bacterias, protozoos, entre otras. Algunos de los patógenos más comunes en República Dominicana son Escherichia coli, Klebsiella, amebas, Helicobacter pylori, Cándida albicans, virus del dengue, del chikungunya, de zika, entre otros. El país ha mostrado un excelente control de microorganismos patógenos en los últimos cinco años, sin embargo, el riesgo sigue latente.
En este artículo nos ocuparemos de dos de los más comunes, los que más afectan a la población Santo Domingo y el resto del país: amebas y cándida. Continúa leyendo y entérate de qué son, cómo se contraen y lo más importante, cómo se erradican.
¿Qué son los patógenos?
Los patógenos son agentes infecciosos que pueden provocar enfermedades a su huésped. Este término se emplea normalmente para describir microorganismos como los virus, bacterias y hongos, entre otros.
Por muy desagradable que nos parezca la idea, nuestro cuerpo aloja y sirve de reservorio de muchos parásitos que causan grandes estragos en la salud de la población de República Dominicana, entre ellas la ameba y la cándida.
¿Qué es una ameba?
El término ameba engloba las especies pertenecientes a los géneros Entamoeba, Endolimax y Iodamoeba. La ameba es una infección intestinal, causada por el parásito microscópico Entamoeba histolytica que posee poder patógeno, responsable de la disentería amebiana. Esta enfermedad que afecta a 40-50 millones de personas al año y supone alrededor de 100.000 muertes anuales.
La Entamoeba histolytica es el parásito intestinal más usual en nuestro país y es causante de la amebiasis intestinal. Se registra como la cuarta causa de muerte en el mundo y el principal agente de diarrea severa en menores de cinco años.
¿Qué es una cándida?
El género Cándida contiene aproximadamente 200 especies, sin embargo, menos de 20 especies causan infecciones clínicas. Varias especies de cándida forman parte de la flora endógena. Se alimentan de las mucosas del tracto digestivo y genitourinario, de la piel y las uñas. La candida albicans es la especie que predomina en la candidiasis genital, oral y cutánea.
La candidiasis es la segunda infección cérvico-vaginal en frecuencia producida por la Candida albicans. Este microorganismo cohabita con nosotros durante toda nuestra vida, puede estar presente en las membranas de la boca, el tracto gastrointestinal, la vagina y epidermis sin que se presente ningún tipo de enfermedad. Solo se convierte en un problema de salud cuando hay alguna deficiencia en el sistema inmunitario.
Se estima que aproximadamente tres de cuatro mujeres van a tener al menos un episodio de candidiasis en su vida y el 5 % tendrá infecciones recurrentes.
¿Cómo nos infectamos?
Las infecciones parasitarias con Entamoeba histolytica se adquieren por el consumo de agua contaminada, alimentos mal lavados, poca higiene al manipular los alimentos, etc. La infección tiene lugar una vez que ingerimos los quistes de Entamoeba histolytica presentes en alimentos y aguas mal tratadas o contaminadas.
Los trofozoítos o huevos eclosionan y pueden permanecer ahí, o invadir el tracto gastrointestinal para formar nuevos quistes de Entamoeba, que son expulsados al exterior mediante las evacuaciones y así de nuevo comienza el ciclo.
La infección con Candida albicans ocurre cuando nuestro sistema inmunológico está vulnerable. Invade los tejidos y produce un amplio rango de infecciones, que pueden generar síntomas incómodos tanto en piel, cavidad oral o en la vagina, en algunos casos llegan a afectar algunos órganos internos como el riñón, el sistema hepático e incluso el sistema nervioso central.
Síntomas de la amebiasis
Muy pocas infecciones por amebas producen síntomas. No obstante, aunque no haya síntomas de amebiasis, la enfermedad puede estar presente, y contribuir a que los quistes sigan reproduciéndose.
Los síntomas se presentan cuando las amebas afectan el intestino grueso, es aquí cuando se produce la colitis amebiana. El síntoma más frecuente es dolor de estómago, sin embargo pueden darse síntomas adicionales como:
- Diarrea con sangre o con mucosidad.
- Evacuaciones frecuentes.
- Fiebre mayor a 38°.
Síntomas de candidiasis
Cuando hay una infección con Candida albicans se pueden observar los siguientes síntomas:
- Ansiedad de comidas dulces, bebidas alcohólicas (vino o cerveza), chocolate, etc.
- Depresión.
- Alergias a ciertos alimentos.
- Cansancio extremo
- Migrañas.
- Irritabilidad.
- Problemas de concentración.
- Obesidad o pérdida de peso excesiva.
- Hinchazón abdominal, diarrea o estreñimiento
Tratamiento para la amebiasis
El tratamiento depende de la gravedad de la infección. Generalmente, se recetan antibióticos vía oral o intravenosos. Se recomienda no recetar medicamentos antidiarreicos, ya que pueden empeorar la afección. En ocasiones los medicamentos pueden causar efectos secundarios que pudieran ser graves para la salud. Una vez realizado el tratamiento con antibióticos, se deben examinar de nuevo las heces para constatar que la infección haya desaparecido.
Tratamiento para la candidiasis
La infección con Candida albicans puede tratarse con medicamentos disponibles para la infección como cremas, ungüentos, óvulos vaginales o supositorios, y tabletas orales. Sin embargo, en algunos casos (aproximadamente un 5% del total) la infección vuelve a aparecer una y otra vez o los medicamentos pudieran causar efectos secundarios.
La Biorresonancia como tratamiento alternativo
El método de tratamiento más utilizado para las infecciones parasitarias sigue siendo el uso de fármacos convencionales. Sin embargo, aunque estos medicamentos eliminan los parásitos del cuerpo también provocan efectos secundarios. La buena noticia es que existe un método alternativo no invasivo de diagnóstico y tratamiento de enfermedades basado en la naturaleza bio-eléctrica y vibracional de los organismos vivos.
El Bioelectromagnetismo es la ciencia emergente que estudia la forma en que los organismos vivos interactúan con los campos electromagnéticos. Existen corrientes eléctricas en nuestro organismo que producen campos magnéticos que se extienden fuera del cuerpo. En consecuencia, los organismos pueden verse influidos también por campos magnéticos y electromagnéticos externos que pueden producir cambios físicos y de conducta en nuestro cuerpo. A partir del Bioelectromagnetismo, surge la terapia de Biorresonancia, la cual se fundamenta en la recuperación del equilibrio orgánico a través de la neutralización de las ondas patológicas que llevan al organismo a enfermar y de la potenciación de las ondas terapéuticas que el organismo necesita.
Nuestras células poseen espectros de frecuencias específicos que se manifiestan en forma de ondas electromagnéticas, las cuales cuando se alteran por alguna interferencia – causada por ejemplo por contacto con microrganismos, productos tóxicos, una alimentación errónea y carente de nutrientes o un mantenido un alto nivel de estrés – se desequilibran alterando así la homeostasis o capacidad de autorregulación del cuerpo pudiendo provocar la aparición de enfermedades.
La Biorresonancia permite detectar las ondas electromagnéticas alteradas en nuestro organismo separando y clasificando las mismas en armónicas y disarmónicas, permitiendo potenciar el efecto de las primeras y neutralizar las segundas.
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